Hablarle a la prole de las aspiraciones profesionales femeninas es una amenaza para la sociedad. Alejarse del camino de la maternidad o incursionar en el mundo laboral es terrorismo. Ser abuela y transmitir experiencias como esas, es terrorismo de tercera edad. Todo ello, de acuerdo a Neldy Mendoza, candidata a vicepresidenta por un nuevo partido fundamentalista peruano.
¿Dijo usted terrorista? ¿Abuela terrorista?
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Escuchando a esta candidata tengo sentimientos encontrados. Me da vergüenza ajena que una mujer que está postulando a un cargo tan importante, que es para la primera vicepresidencia, tenga que agredir a otras mujeres calificándonos de abuelas terroristas. Esto nos evidencia el tipo de candidatas que se presentan, totalmente ignorantes al utilizar el término terrorista, al parecer sin conocimiento de lo que esto significa para los peruanos y peruanas que vivimos el dolor de las desapariciones, muertes y violaciones sexuales que vivió el país, donde la vida no importaba nada. Por eso asesinaron a María Elena Moyano, quien fue una mujer que hablaba de la revolución en defensa de la vida. Si “abuela terrorista” significa para esta candidata que una mujer que trabaja, que participa, que organiza el desarrollo de su comunidad, forma a su nieta como una mujer libre, profesional, con opinión, con valores democráticos para una sociedad más justa para todos y todas, yo me considero una abuela terrorista. (Elizabeth Vargas Garcia. Integrante de Mujeres de arena de Villa El Salvador)
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Abuela terrorista no significa nada, ¡es puro susto!. Las abuelas no asustan a sus hijos. Los terroristas asustan, quitan. Nosotras incentivamos y queremos mucho. Las abuelas traspasamos la memoria ancestral, el conocimiento, la identidad. Así cuidamos de nuestra familia. La abuela Elvira vive en mí, también existe dentro de mi hija. Y así la memoria continuará. La memoria, las abuelas, no se acaba (Olinda Silvano. Artista, lideresa shipiba de la Comunidad de Cantagallo)
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¡La abuela terrorista seré yo también! Yo le inculco a mis nietos a aprender a hacer las cosas de la casa: lavar, cocinar, limpiar y todos los quehaceres, es el trabajo del cuidado, que todos los ciudadanos debemos hacer... pero enseñar eso a mis nietos no significa que mis nietos no puedan crecer y tener objetivos en la vida como estudiar, trabajar o tener una carrera profesional, porque ese es el objetivo de cada ciudadano. Usar ese término “terrorista” es algo irracional e inaudito. En la vida familiar, enseñarle a los hijos o los nietos a compartir las tareas de un hogar, eso no es malo. Utilizar esa palabra en este caso es absurdo y aberrante. Que lo diga una persona que nos quiere representar en la vicepresidencia es lo peor que nos podría suceder a los peruanos. Como trabajadoras del hogar nosotras realizamos esa labor en cada familia que nos contrata, lavando, cocinando y planchando, ese es un trabajo esencial para la vida, aportamos al desarrollo económico y social del país, pero eso no significa que nosotras no tenemos aspiraciones. Las tenemos. Con mi trabajo he educado a mis hijos que ahora son profesionales y muchas trabajadoras del hogar han llegado a la universidad y tienen una carrera. Que se hable en esos términos es algo que no podemos aceptar. (Leddy Mozombite Linares. Federación Nacional de trabajadores y trabajadoras del Hogar del Perú)
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Abuela terrorista: aquella que sale volando en su escoba y viaja por todo el globo contemplando la nobleza de los animales y la maravillosa vegetación, luego regresa a casa para contarles bellos relatos a su nietos y nietas que la esperan contentos porque ella está llena de sabiduría. (Carmen Ollé Nava. Poeta, narradora y crítica literaria)
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Vivo en provincia, así que tuve que buscar en internet qué candidata se expresó con la frase “abuela terrorista”. Cuando encontré la información, me vino a la cabeza varias expresiones populares como “hay que tomarlo como de quién viene”, “tal para cual”, “a palabras necias, oídos sordos”, entre otras; pero claro, eso en términos coloquiales y un tanto, en los mismos términos, para seguirle el juego, ¿podríamos considerarla, en oposición, como “mamá cavernaria”?. Sin embargo, en la contienda política actual, como la que sufrimos montones de peruanos, dicen más de su propuesta que de ella misma. Propuesta que busca mantener el statu quo de privilegio de algunos ¿se imaginan qué tipo de políticas públicas emergería de un posible gobierno de su agrupación política? No hay que olvidar que también existe el terrorismo de extrema derecha. (Ana María Pino Jordán. Promotora del espacio cultural La Casa del Corregidor e investigadora del grupo de estudio Interculturalidad, que publica Pluralidades, revista para el debate intercultural)
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Las religiosas del colegio María Auxiliadora, donde estudié, tenían una frase importante que trato de practicar siempre: LA PALABRA CONMUEVE, PERO EL EJEMPLO ARRASTRA. Por ello creo que las enseñanzas se incorporarán a la mentalidad y sentimiento de los hijos a través del ejemplo que reciban de los padres, parientes cercanos y, cómo no, de los maestros escolares. Por otro lado, si los padres no se hubieran preparado estudiando para conseguir una profesión u oficio que les permitiera obtener un ingreso económico para subsistir. ¿Cómo se sostendría económicamente esa familia? ¿Es posible que la señora preocupada por no convertirse en terrorista de sus nietos, no relacione el trabajo con una retribución económica? De todos modos, lo que no debiera ser antagónico es sostener económicamente a una familia y a la vez lavar platos. (Delfina Paredes, Primera actriz nacional)
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Dijiste abuela terrorista, y después de acusar e insultar, saliste a disculparte con el solo afán de confundir para llegar al poder. Quiero que sepas que las abuelas transmitimos amor, esperanza, igualdad y democracia. Las abuelas no somos terroristas. ¿Sabes quiénes son terroristas? Aquellos que acaban con la vida, la salud y los derechos de todos los ciudadanos. Aquellos que atentan contra los mas humildes hombres y mujeres. También lo serían aquellos autoritarios que desde ahora siembran odio y nos muestran su peor cara de desprecio a las mujeres.
El mundo ha cambiado, ya no es el de antes, las mujeres toman sus propias decisiones y en libertad. Las mujeres no podemos ser objeto de ataques y etiquetas por ejercer nuestros derechos. Pero esto que escucho y me grita a los oídos son imposiciones de aquellos que hablan de la vida y la religión, dicen no tener ideologías, pero francamente su discurso nos recuerda a los años ochenta y noventa, cuando mandatarios justificaban atrocidades de odio, de violaciones a los derechos humanos, de esterilizaciones a mujeres sin consultarles, llamando terroristas a quienes les incomodaban. No podemos admitir nuevamente personas como estas en espacios de poder en el país, desde los que buscarán someternos a su soberbia.
Aquí estamos, resistiendo, no como “abuelas terroristas”, sino como mujeres con valores, con principios y con sensibilidad humana. (Martha Flores, Lima).
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Mujer sujeta de derechos, con autonomía para decidir sobre su cuerpo, su sexualidad, con capacidad y libertad de relacionarse sin pensar que su condición de mujer debe limitar su comportamiento, su opinión y forma de expresar sus afectos. Fuimos una generación de miedo hoy son más jóvenes madres y abuelas convencidas que nuestro derecho al placer y a la felicidad es una conquista nuestra. (Rosario Huayanca Zapata, comunicadora, Ica).
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El término “terrorista” forma parte de una práctica de terruqueo, especialmente en las campañas electorales, para señalar a los partidos de izquierda. Esta señora candidata pertenece a un partido antiderechos, un partido que representa una línea ultra conservadora, fundamentalista, tiene una trayectoria como una mujer que encabeza movimientos contra el enfoque de género y está ahora en una relación electoral con Lopez Aliaga, de quien ya hemos escuchado su opinión contra los derechos de las mujeres y sus amenazas de desaparecer ministerios, por ejemplo el Ministerio de la Mujer, lo que no solo es un riesgo para las mujeres sino para la sociedad en su conjunto.
Porque ahora es un mensaje ya no a la izquierda, sino a las mujeres que quieren el cambio de la situación patriarcal, de la situación que nos impide desarrollarnos como mujeres. El vocablo terrorista es un término que cala en un sector de la población porque genera miedo, genera rechazo. No es casual el uso de este vocablo. El uso de este término de “abuelas terroristas” nos genera profunda indignación en una región donde hemos sufrido el terrorismo, donde hemos perdido a tantos familiares y seres queridos. Es recordar el terror en la población para ir en contra de un movimiento de mujeres, y eso es sumamente peligroso. Ahora se estigmatiza no a la izquierda sino al movimiento feminista que pretende generar cambios. En Ayacucho lo sentimos mucho más porque ya hemos sufrido esa estigmatización, primero como ayacuchanos, luego como gente de izquierda, y ahora como mujeres. Considero que no debemos utilizar este término porque el movimiento feminista no genera terror, al contrario, genera cambios que ayudan a mejorar la situación de las mujeres. (Celina Salcedo Martínez, Antropóloga, integrante de la Coordinadora de Trabajo con Mujeres de Ayacucho).
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Aunque el término terruco/a me da escalofríos por la tremenda carga de desprecio, violencia y degradación de la humanidad de quien así es nombrado, al lado de la palabra “abuela” me suena divertido y hasta materia de orgullo. Y es que simbólica y socialmente, las abuelas hemos sido construidas como todo lo opuesto a la subversión, al terror: las abuelitas somos “viejecitas amables, pacíficas, conciliadoras” -si bien disminuidas, supuestamente, no solo en tamaño sino en capacidad mental- y de lo que se encargan es de conservar. Conservan la fruta en compotas, recetas caseras para el cólico menstrual, moralejas que nos enseñan a respetar las reglas, memorias familiares y tradiciones. Son, sin duda, conservadoras. Y ahora resulta que nos tildan de ser ¡el lobo disfrazado de abuelita! De subversivas, que es lo que la palabra “terruca” busca retorcer y deformar, capaces de subvertir el orden establecido: ¡eso sí que causa terror! a los muy pocos que se benefician de ese orden. Enorgullece porque nos reconoce poder en una época en que las personas mayores son consideradas desechables, y mas aún, porque convoca a la memoria los pañuelos blancos de la madres y abuelas de la Plaza Mayo y sus más de 50 años de lucha por la justicia. Divierte, sin duda, porque el humor nace cuando ponemos el mundo al revés, su sustancia es la inversión de la realidad, la capacidad de reconocer la contradicción en nosotrxs mismxs y abrazarla. ¡vivan las abuelas subversivas! (Marfil Francke. Feminista. Socióloga, docente, activista y abuela).
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Lea aquí, la respuesta de Elsa Fung. Educadora, Piura.