¿Qué es un viejo lesbiano?

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U.t.c.s. Adultos mayores muy conservadores en lo político y social, en especial los que buscan visibilidad y debate insistentemente defendiendo esas posiciones. En las protestas de Lima en noviembre, muchos letreros contra los políticos vacadores los llamaban "viejos lesbianos" (Jacqueline Fowks, periodista, Lima)

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Para definir lo que es un viejo lesbiano, tendría que construir un ser antropomorfo que proviene de la prehistoria republicana. Comenzaría a armar este ser con la cabeza de Ántero Flores Áraoz, líder ultraconservador de una secta que conspira contra la gobernabilidad, pero que se jacta de defender la democracia. Aunque él muchas veces trate de ocultar que nos ve como llamas y alpacas, no le da vergüenza querer ser presidente del mismo Perú que él denigra. Este viejo lesbiano tendría que tener el cuerpo de Mario Vargas Llosa. Y es que un viejo lesbiano, también puede ser un idealista y un intelectual; apasionado con sus pensamientos, con su prosa y con su clasismo. Y como no es novedad que el fujimorismo representa el sentir del fundamentalismo de las voces del siglo pasado que siguen rondando como fantasmas rumbo al bicentenario y como también puede haber viejas lesbianos, este ser tendría los genitales de Martha Chávez porque ella aún tiene la concha para expresarse públicamente. (Lucero Huamaní, @lapinkycomics, autora gráfica, Lima)

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Varón que vive bajo las máximas del patriarcado, se cree el centro del universo, rechaza la idea de la renovación y el cambio. Intolerante a personas que piensan diferente; y sobre todo a mujeres libres, plenas y contestonas. Se alucina súper poderoso, pero hacen memes con sus escenas. (Teresa Santillán, abogada, Cajamarca)

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Un viejo lesbiano es pisar un suelo resbaloso haciendo vogue y caer sin gracia, ese sentimiento pero al triple cuando ves un tipo que se cree astuto y siente vergüenza de sí mismo. Sabe que no vale la pena su existencia y se sienta en una banca de algún parque monocromático y con la mirada perdida. Un viejo lesbiano es una criatura que no combina bien la ropa con los zapatos, pero es mucho más que eso, no combina con el contexto, no combina con el perro que pasea y camina mirándole el culo a las maratonistas que aprovechan un día de fin de semana. He visto a muchos viejos lesbianos, desde lejos, bebo un sorbo de agua y avanzo manteniendo la pose, dejando de mirarlo, pero también siento lástima. Los viejos lesbianos nacen como los orcos del barro, para tocar y ensuciar. Y chillan desde sus autos sosteniendo el timón, porque siempre sienten que caen. Quizás una solo debe avanzar y pisar fuerte el piso, para no sentirnos vulnerables porque la persona más débil entre una y el viejo es él. (@fioloba, poeta, Lima)

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Dícese de este modo, a personajes de edad ideológica conservadora, cuyos argumentos apasionados contra el progresismo, denotan una profunda contradicción ante sus propios deseos, humanos y sexuales, de orientarse libremente, pero prefiere reprimirse. (Karina Bueno, activista feminista, Abancay)

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La primera vez que supe de la frase "viejo lesbiano" fue en las redes, no recuerdo exactamente los detalles, pero me pareció gracioso porque estaba acompañada de la imagen del dinosaurio reflexivo. Luego todo el mundo usaba la frase para señalar a los políticos viejos, desubicados, incapaces de conectarse con los nuevos tiempos y, en especial, aquellos que eran identificados como ultra conservadores, la frase destruía a los misóginos, racistas, pro vida, homofóbicos, etc. Recuerdo haber compartido memes y dar muchos likes a aquellos que cerraban una discusión con "callese viejo lesbiano" o su variante "vieja lesbiana". Como es usual, el lenguaje de las redes pasó a la universidad y a mis clases, una vez estaba hablando sobre las diferencias de género y como se espera que las mujeres seamos calladas, obedientes, con la sexualidad controlada, mencioné las opiniones de diversas personas, entre ellas las del arzobispo de Lima Juan Luis Cipriani. Un estudiante dijo "ese viejo lesbiano" y todos aprobaron la frase en medio de las risas. Un día, en facebook, leí un comentario de Ho Amat cuestionando la exitosa frase, en resumen decía que el término dañaba la imagen de las lesbianas porque las asociábamos con discursos conservadores que, más bien, impulsan prejuicios claramente homofóbicos. Fue muy revelador, me hizo pensar cómo nos reímos y naturalizamos prejuicios, tal como les enseño a mis estudiantes con respecto al racismo, la homofobia y el sexismo. A partir de allí, dejé de usar la frase y, cada vez que en clase alguien la decía, yo explicaba que también encierra una discriminación contra las lesbianas. Por lo general algunos estudiantes ponían cara de extrañeza y otros aclaraban el asunto en un pequeño diálogo que nos sacaba del tema de clase pero era un tiempo muy bien invertido porque así podemos ser mejores personas. (Maribel Arrelucea, historiadora y docente, Lima)

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Un viejo lesbiano es todo aquel que no puede ni quiere ver más allá de su privilegio. Suelen ser viejos conservadores, fachos y machistas. Muchos abusadores en potencia y sumamente ególatras. (Romanet Silva, diseñadora gráfica, Arequipa).

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Un viejo lesbiano es normalmente un hombre que está fuera de contexto y de época, que quiere imponer su punto de vista a las personas sean otros hombres, mujeres. Y que usa todas sus falacias para poder erigirse como autoridad. No es una alusión a las lesbianas, sino a la deformación del término que ellos mismos hicieron. El meme surge de una conversación de un hombre con una chica lesbiana, ante la insistencia del tipo, ella contesta que es lesbiana y que no quiere nada; pero él insiste en que “por ella se vuelve lesbiano”. Allí es que se aplica “cállese viejo lesbiano” que no tiene idea de nada, es insistente y prepotente. (Gloria Alvitres, poeta y gestora cultural, Lima).

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La representación de un hombre con ideas arcaicas, que ya no tienen vigencia o que carecen de sentido actual. También es una forma de invalidar los argumentos de los antiderechos: ‘cállense, viejos lesbianos’. (BPM, sociólogx, Lima Centro)

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El meme “cállese, viejo lesbiano”, popularizado el 2018, fue incorporándose poco a poco para referirse a los dinosaurios de la fauna política local, y su uso se consagró cuando éstos llegaron al poder con el golpe parlamentario perpetrado por Merino y sus aliados en noviembre del 2020. ¿Quiénes son? La Coordinadora Republicana es quizá la agrupación que mejor los representa: un menjunje de boomers de derecha conservadora, casi todos hombres, con una historia dentro (o cerca) del fujimorismo y/o al aprismo, con poder económico (y por ende mediático), como Antero Flóres-Araoz, Rafael Rey, Roque Benavides. De hecho, su emergencia en mayo del 2019 coincide con el golpe al fujimorismo que implica el juicio contra Keiko Fujimori y la estocada que representa el suicidio de Alan García para el aprismo. De allí que una de sus principales banderas sea el luchar contra lo que llaman la “judicialización de la actividad política”.

Ante el deterioro de partidos que tradicionalmente los contenían, estos viejos políticos se reorganizan o fortalecen sus redes con otras agrupaciones, como, por ejemplo Renovación Nacional -donde es candidato a la presidencia Rafael López Aliaga, quien ofrece hoteles 5 estrellas para que las niñas violadas no tengan que abortar. Si bien algunas de sus estrategias políticas, al menos las públicas (llámese firma de comunicados que solo ellos leen) denotan vetustez, y es seductor pensarlos como dinosaurios o zombies de la política, hay que estar alertas. El que dejen de ser contenidos por partidos tradicionales podría anunciar más bien la aparición de un nuevo engendro y no su extinción. Pensemos en el surgimiento de los nuevos partidos de derecha a nivel global, como Vox en España, o la radicalización del PSL con Bolsonaro en Brasil. Varios representantes de la derecha hispana, entre ellos Aldo Mariátegui, acaban de firmar la Carta de Madrid “por la libertad y contra el comunismo”. La extrema derecha se viene fortaleciendo en el clima político global actual. Los ejes que los movilizan -la defensa a rajatabla del modelo económico neoliberal, el autoritarismo aunado al revisionismo de la dictadura, y la batalla cultural contra el feminismo- han mostrado tener un gran capital político aquí y en otros lados. Haríamos mal en pensar que porque Antero y sus amigos tienen un pie más allá que acá, el viejolesbianismo como ideología no encontrará nuevos referentes o, peor aún, no será (¿o dejará de ser?) popular. (Sandra Rodríguez, antropóloga, Cajamarca, pero en UK)

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Lo de “viejo”, sólo puede aludir a la única vejez que existe, la gonzales pradina, la del espíritu. Y lo de “lesbiano”, alude a la transgresión imposible, porque solo hay lesbianas en el mundo. Viejo lesbiano, entonces, es aquel que deseó, pero no pudo ser, atrofiado en su impotencia, en su falta de orificios en el cuerpo por donde le entre un poco de aire de mundo y que solo tiene una boca para proferir gruñidos cada vez que expresa su envidia. Pariente del “imbunche” mapuche. (Violeta Barrientos, poeta, Lima)